Version en espanol abajo.
May 31: National Disaster Prevention Day
- Each sol invested in prevention saves from 3 to 10 soles of reconstruction.
- $40 million in economic losses each year as a result of disasters in the country
Since 1993, on May 31, the National Day of Disaster Prevention has been commemorated. A date that calls to remember one more year of one of the most intense earthquakes that Peru suffered in recent decades, that of 1970 in Ancash.
Thus, this day seeks to encourage the adoption of preventive measures in the face of dangers of natural and anthropic origin. It is also worth noting that Peru is located in the “Circle of Fire of the Pacific Ocean”, which makes it an area of high seismic potential, but it is also a country prone to floods that usually generate great economic and human losses, fires, droughts and frosts, among others.
For several decades now, the disasters produced in our territory have had sociocultural and management causes, warns Pedro Ferradas, manager of Risk Management and Adaptation to Climate Change at Soluciones Prácticas (Practical Solutions). It also explains that the causes of disasters are the risks that are generated prior to natural phenomena, closely related to development processes, with public and private management and the population being the entities capable of avoiding or reducing such risks.

Although the Peruvian State has a Risk Management Law and a national plan on this matter, “it is still a challenge to be able to adapt the organic laws of Regional Governments and Municipalities so that public policies are implemented at the sectoral level. Well, there is still a lack of a mechanism that guarantees quality in risk reduction and not only think about the investment budget. Because it is not enough to have or be able to count on the money, but to know that this money is being well used and to what extent these works have contributed and continue to contribute to the prevention or reduction of disaster risk,” says Pedro Ferradas.
The expert in risk management is also emphatic in explaining that the costs of prevention or reconstruction and a state of emergency do make a difference in the economic impact: “There are estimates, and one of the most conservative indicates, that for every sol invested in prevention, from 3 to 10 soles are saved in reconstruction tasks.”
Based on this context, he details that there are three factors that make our response to disasters even ineffective:
Weakness in the career line of officials who handle issues of risk prevention policies, because there is no logic of continuity in State positions. “Well, every time a mayor or regional governor changes, the plan is set aside, because they change the officials, because there are no career officials in risk prevention who are permanent in the municipalities and regional governments. Then you lose what has been advanced or you go backwards,” he stresses.
Risk studies and analyses in our country generally suffer from a socio-cultural and territorial approach, because they do not take into account the importance of people’s perceptions and possible behavior in situations of risk and disasters, nor do they take into account the integrity of the territory. On the subject of flood disaster risk management, it is essential, for example, to have a vision that goes beyond the district or department, and that considers a basin approach.

Risks of corruption and slowness in the reconstruction process. Linked to the simplification of processes and eradication of bureaucratic obstacles. Likewise, “knowledge is to what extent these works have contributed and continue to contribute. Whether they are defense walls, runways or bridges that are easily destroyed or deteriorated, as a result of quality problems and maintenance of public system works.”
Economic impact of disasters
Pedro Ferradas warns that the economic impact of disasters is a high cost that the State assumes year after year. And it indicates that annually more than 40 million dollars of economic losses occur as a result of disasters in the country, while more than 2 million people have been affected by these emergency events in the last year. Even the economic impact of the “Coastal Niño” phenomenon of 2017 generated losses of 3,124 million dollars, which has led to a loss of 1.6% of the national GDP and reduced the annual growth projection of the Peruvian economy from 4.3% to 3.5%.
You may also be interested in reading: More than 250 participants in public forum on reconstruction with changes in the Rimac River basin.
Los desastres producidos en Perú tienen causas socioculturales y de gestión
31 de mayo: Día Nacional de Prevención de Desastres
- Cada sol invertido en prevención se ahorra desde 3 a 10 soles de reconstrucción.
- 40 millones de dólares en pérdidas económicas cada año como consecuencia de desastres en el país
Desde el año 1993, el 31 de mayo, se conmemora el Día Nacional de Prevención de Desastres. Fecha que llama a recordar un año más de uno de los terremotos más intensos que sufrió el Perú en las últimas décadas, el de 1970 en Ancash.
Así, este día busca incentivar la adopción de medidas preventivas ante los peligros de origen natural y antrópica. Vale resaltar además que el Perú está ubicado en el «Círculo de Fuego del Océano Pacífico», lo que lo convierte en una zona de alto potencial sísmico, pero además es un país propenso a inundaciones que suelen generar grandes pérdidas económicas y humanas, a incendios, sequías y heladas, entre otros.
Desde ya hace varias décadas, los desastres producidos en nuestro territorio tienen causas socioculturales y de gestión, advierte Pedro Ferradas, gerente de Gestión de Riesgos y Adaptación al Cambio Climático de Soluciones Prácticas. Asimismo explica que las causas de los desastres son los riesgos que se generan previamente a los fenómenos naturales, estrechamente relacionados a los procesos de desarrollo, siendo la gestión pública, privada y la población las entidades capaces de evitar o reducir tales riesgos.

Si bien el Estado peruano cuenta con una Ley de Gestión de Riesgos y un plan nacional sobre dicha materia, “resulta aún un reto el poder adecuar las leyes orgánicas de Gobiernos Regionales y Municipalidades para que las políticas públicas sean implementadas a nivel sectorial. Pues falta aún un mecanismo que garantice la calidad en la reducción de riesgos y no solo se piense en el presupuesto de inversión. Porque no basta con tener o poder contar con el dinero sino saber que ese dinero está siendo bien utilizado y hasta qué punto estas obras han contribuido y siguen contribuyendo a la prevención o reducción del riesgo de desastre”, detalla Pedro Ferradas.
El experto en tema de gestión de riesgos asimismo es enfático en explicar que los costos de la prevención o la reconstrucción y estado de emergencia sí hacen la diferencia en el impacto económico: “Hay estimaciones, y una de las más conservadoras indican, que por cada sol invertido en prevención se ahorran desde 3 hasta 10 soles en tareas de reconstrucción”.
En base a este contexto, él detalla que existen tres factores que hacen ineficaz aún nuestra respuesta ante los desastres:
Debilidad en la línea de carrera de funcionarios que manejen temas de políticas de prevención de riesgos, porque no hay una lógica de continuidad en los puestos del Estado. “Pues cada vez que cambia un alcalde o gobernador regional se deja de lado el plan, porque cambian a los funcionarios, porque no hay funcionarios de carrera en prevención de riesgo que sean permanentes en las municipalidades y gobiernos regionales. Entonces se pierde lo avanzado o se retrocede”, recalca.
Los estudios y análisis de riesgo en nuestro país por lo general adolecen de un enfoque socio-cultural y de territorio, porque no tienen en cuenta la importancia de las percepciones y el posible comportamiento de la gente ante situaciones de riesgo y desastres, y tampoco toman en cuenta la integralidad del territorio. En el tema de la gestión del riesgo de desastre de inundación, es por ejemplo imprescindible tener una visión que va más allá del distrito o del departamento, y que considere más bien un enfoque de cuenca.

Riesgos de corrupción y lentitud en los proceso de reconstrucción. Vinculado a la simplificación de procesos y erradicación de la traba burocrática. Asimismo, “el saber es hasta qué punto esas obras han contribuido y siguen contribuyendo. Sean muros de defensas, pistas o puentes que se destruyen o se deterioran fácilmente, producto de problemas de calidad y mantenimiento de las obras de sistema público”.
Impacto económico por desastres
Pedro Ferradas, advierte que el impacto económico de los desastres es un alto costo que año a año asume el Estado. E indica que anualmente más de 40 millones de dólares de pérdidas económicas se producen como consecuencia de desastres en el país, mientras que más de 2 millones de personas se han visto afectadas por estos eventos de emergencia en el último año. Incluso, el solo impacto económico por el fenómeno del “Niño Costero” del 2017 generó pérdidas de 3, 124 millones de dólares, lo que ha acarreado un pérdida de 1.6% del PBI nacional y redujo de 4.3 % a 3.5% la proyección de crecimiento anual de la economía peruana.
También te puede interesar leer: Más de 250 participantes en foro público sobre la reconstrucción con cambios en la cuenca del río Rímac
Comments